FASCITIS PLANTAR
La talalgia o dolor en el talón puede ser un síntoma más de una afección sistémica, pero generalmente es expresión de patología regional. En el origen de la misma participan una variedad de tejidos blandos (tendones, bursas, fascias) y huesos.
La causa más frecuente de talalgia en el adulto es la fascitis plantar, que causa gran incapacidad y malestar, sin embargo otras causas menos comunes deben tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial para realizar un adecuado diagnóstico y, por tanto, tratamiento.
La fascitis plantar es debida a un uso repetitivo o excesivo de la fascia plantar en relación con alteración de la biomecánica del pie, obesidad, pies cavos, atletas y deportistas o ser un síntoma más de un proceso inflamatorio sistémico.
Se manifiesta por dolor de aparición gradual en la planta del pie, después de un prolongado período de reposo y mejora con la actividad. Suele ser unilateral. En la exploración física aparece un dolor selectivo a la palpación en la porción anteromedial del calcáneo que se incrementa con la flexión dorsal pasiva de los dedos del pie.
La atrofia de la almohadilla grasa que aparece en corredores y obesos, es otra posible causa menos frecuente y origina un dolor más difuso.
Aunque la fascitis plantar puede ser de fácil diagnóstico es siempre recomendable la asistencia de un especialista. Nos pondría en alerta un fuerte dolor en el pie que se agudiza en las mañanas y a lo largo del día iría cediendo por el calentamiento de las articulaciones.
Puede aparecer en atletas, profesionales o no, en personal militar y en la población general sedentaria. Aunque se piensa que es una lesión producida por sobrecarga mecánica crónica o por sobreuso de larga duración (microtraumatismos repetidos) su etiología no está aún completamente esclarecida. En los atletas, especialmente en corredores, suele iniciarse tras un cambio en el programa habitual de entrenamiento y en la población general no deportista tras un aumento de los periodos de bipedestación, marcha y/o subida de escaleras.
Eso ha llevado al empleo de una terminología confusa cuando diferentes autores se refieren a ella y ha originado, también muy diversas propuestas terapéuticas. Entre ellas están diversos tipos de ejercicios (especialmente de estiramiento y de fortalecimiento regional) que parecen ser los elementos clave del tratamiento. En la mayoría de los pacientes con fascitis plantar, el proceso suele ser autolimitado y la resolución de los síntomas, aunque puede ser variable, se produce, en general, a lo largo de un periodo de tiempo medio de diez meses.
La mejoría se experimenta de forma más rápida y completa cuanto más precozmente se comienza el tratamiento. Así, si se empieza antes de las primeras seis semanas del inicio de los síntomas se cree que el pronóstico es más favorable. No obstante la situación se cronifica aproximadamente en un 10% de casos. Se ha visto que si los síntomas duran más de seis meses el riesgo de cronicidad se incrementa.
Una duda típica del paciente es que en las radiografías se puede visualizar un espolón calcáneo si bien no siempre está presente y su presencia no implica dolor.
Generalmente suele mejorar con el tratamiento conservador, que consiste en evitar factores desencadenantes (reposo relativo), antiinflamatorios no esteroideos (AINE), taloneras de silicona, frío local e infiltraciones bien de colágeno, factores de crecimiento (PRP) o de corticoides.
El tratamiento quirúrgico se reserva para casos muy severos y de larga duración, sin respuesta a lo anterior.
… y recuerde, ante cualquier duda, consulte con su traumatólogo.
AVISO: Los contenidos de este documento son para su información y no sustituyen en ningún momento el consejo de su médico. Recomendamos siempre la consulta con el especialista y no nos hacemos responsables de problemas derivados de malinterpretaciones del contenido de este documento.
© Dr. Eduardo J. DELGADO TORNÉ. 2018